El 2020 nos planteó retos nunca vistos en la historia contemporánea reciente, haciendo que las relaciones laborales corporativas cambiaran radicalmente. Las transformaciones planificadas y esperadas para los próximos años tuvieron que adelantarse; La Digitalización, el Teletrabajo, la Telemedicina son algunos ejemplos de como la humanidad tuvo que responder a los retos que la pandemia nos presentó. Una lluvia de capacitaciones “on line” muchas de ellas gratuitas, infinidad de reuniones virtuales fueron necesarias para superar la barrera del confinamiento ylas restricciones en la movilidad, propuestas de leyes para regular el tele trabajo están en proceso de aprobación en varios países, la proliferación de soluciones digitales para adaptarnos a estos nuevos requerimientos salieron al mercado, etc.
Estamos viviendo un tiempo singular, inédito, no esperado y nunca visto que ha modificado las interacciones laborales. Las nuevas habilidades que ahora son más que necesarias, se imponen como obligatorias para poder adaptarnos a estos cambios y efectivamente aportar valor, en muchos casos, para poder sobrevivir corporativamente hablando.
Los métodos y formas clásicos de gestión de Recursos Humanos quedaron desbordados por estos nuevos retos. Ya mucho del trabajo se hace desde casa, en horarios no habituales y mediante formas no acostumbradas. Este “distanciamiento” ha potenciado la digitalización y las comunicaciones electrónicas, eso a su vez, modifica el comportamiento y los hábitos y hace que medir el desempeño ya no sea igual. Dicho esto, se requiere de un rápido cambio de mindset para volcar la cultura organizacional hacia formas mas colaborativas, abarcativas, donde la Big Data sea utilizada y gestionada para potenciar la experiencia no solo de los clientes, pero también de los empleados.
Por lo anterior es necesario replantear y reformular la estrategia para la gestión exitosa del talento, desde la captación de los mejores talentos que se amolden a este nuevo mindset, pasando por los nuevos modelos de ejecución del trabajo y la evaluación de sus resultados, todo ello con un amplio porcentaje de digitalización y distanciamiento. El engagement es primordial en esta nueva normalidad por cuanto mucho del trabajo será auto supervisado y debe engranarse entre múltiples colaboradores que no estarán en la misma locación física, como antes.
Para liderar y gerenciar todos estos nuevos factores emergentes, se requiere de un departamento de recursos humanos robusto, flexible, agile e innovador, que pueda promover los cambios necesarios y hacer que las cosas pasen en breve tiempo, pues, no hay mucho tiempo para esperar. Aquellas organizaciones que no han reaccionado a este panorama, sino que se aferran a “la vieja normalidad” están teniendo serias dificultades para mantenerse en el mercado, por el contrario, aquellas (organizaciones) que reconocieron estos signos y reaccionaron implementando los cambios necesarios, están innovando y dando respuestas acordes al entorno, a sus clientes y colaboradores.
De una u otra forma en el quehacer cotidiano, los ciudadanos en su gran mayoría nos hemos adaptado a continuas y cambiantes regulaciones gubernamentales que buscan mitigar los efectos de la pandemia, sin embargo, esta continua incertidumbre es uno de los factores fundamentales a gestionar por cuanto hace difícil crear planes a largo plazo e impone un continuo cambio y ajuste en los procesos. Este es uno de los grandes desafíos presentes, no para la gestión, pero si para el entendimiento y manejo del efecto que eso causa en los empleados, tanto en el entorno laboral como familiar, en su bienestar, pero esto lo dejaremos para ser abordado en otro artículo.
En todo este nuevo ecosistemas hay ganadores y otros que no tanto. Entre los ganadores están por ejemplo, todas las empresas que diseñaron plataformas digitales para la gestión del trabajo o de servicios remoto en sus múltiples formas. También entre los ganadores se cuentan aquellas organizaciones que comprendieron los cambios y se adaptaron rápidamente como ye hemos explicado anteriormente. Entre los que están pasando serias dificultades se encuentran aquellas empresas o rubros que no se reinventaron o que no supieron o pudieron (también las hay, como la hostelería) hacer mucho para mantenerse a flote, un ejemplo de ello es la industria del turismo o de eventos públicos multitudinarios, ¿cómo hacer tu trabajo si no hay turistas o no puedes hacer conciertos multitudinarios? Si, unos muy pocos reinventaron su negocio, por ejemplo un amigo convirtió su hotel en residencias de alquiler, como una medida desesperada para no quebrar.
Ya hay una luz al final del túnel con la invención de varias vacunas anti COVID19, se estima que para junio del 2021 ya muchos países habrán estabilizado los efectos de la pandemia y podrán iniciar la recuperación económica, pero, la nueva normalidad ha cambiado las relaciones laborales corporativas y hay una tendencia generalizada a valorar estas nuevas formas de gestión y abrazar los cambios en forma permanente. Y tú, ¿en qué andas?
Jesús E. Maza
MSc People Management
Especialista en transformación organizacional.
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